“ Que las chicas aprendan a leer , escribir y cuentas…”
Este deseo de Vicenta María, pionera en su tiempo de la formación de la mujer, caló muy hondo en el corazón de Hna. María Luisa García Román, de tal forma que llegó a ser una de las líneas fuera de su vida….
Tuve la suerte de compartir con esta hermana, en dos etapas muy distintas de mi vida. La primera en Córdoba, comunidad en la que viví 13 años y a la que llegué a los comienzos de mi vida Religiosa .
María Luisa, era un referente tanto ara la comunidad educativa como para los alumnos del Colegio….Verla a ella era recibir con total nitidez el mensaje del valor del cumplimiento del deber… Para María Luisa la Voluntad de Dios pasaba por hace en cada momento lo que había que hacer, desde la actitud de servicio y ayuda a todo, sin distinción….. Era ecuánime , defendía la justicia como base para el evangelio y era incansable…
Como era previsible nos separamos, y después de varios años volvimos a ser miembros de la misma comunidad , esta vez en la Casa Madre, donde María Luisa llegó para formar parte del Equipo Orante y donde el Señor le concedió el consuelo de estar cerca de su Hermano Don Abundio, de quien recibía el impulso para su vida espiritual, el consejo oportuno y la ayuda inigualable de la Palabra de Dios compartida…Esperaba las tardes de los martes con un gozo grande. Eran los días en los que semanalmente Don Abundio, con puntualidad admirable iba a visitarla.
Para otear en la andadura de María Luisa, tenemos que desplazarnos a Extremadura a Jaraicejo ( Cáceres ) de donde heredó el espíritu de austeridad, el sentido de responsabilidad y el interés infatigable por la transmisión de valores y la promoción integral de la juventud insistiendo a tiempo y a destiempo en importancia de ser constantes en la siembra, la cosecha, la siega , faenas que vivió durante su infancia en el hogar formado por Gregorio García y Clodoalda Román. Un matrimonio que se fraguó en la fe y que supo transmitir a sus hijos los valores evangélicos como modo de vida.
Fueron cuatro hermanos, si bien uno de ellos Joaquín, murió cuando sólo tenía 6 meses. Los otros tres siguiendo a la llamada del Señor dedicaros su vida al Servicio la Iglesia y de los hermanos..
La mayor, Magdalena., fue Carmelita Descalza pasando toda su vida en el Convento de Granada. Don Abundio sacerdote , después de varios trabajos apostólicos en la Diócesis de Madrid, en 1947 fundó las Hermandades del Trabajo que se expandieron por toda España y América y que se definen como grupos de trabajadores creyentes en Cristo, de toda edad, profesión y situación laboral que conscientes de las posibilidades que les proporcionaba el asociarse en esa obra apostólico-social, tratan de vivir solidariamente la fraternidad universal luchando, con otros muchos por los derechos de los trabajadores….
Esta misión apostólica reforzó la unión de María Luisa con su hermano, de quién recibió orientación y ayuda para las ESCUELAS PROFESIONALES de quién fue fundadora dentro de la Congregación de Religiosas de María Inmaculada..
No se puede afirmar certeza si lo que movió el corazón de Hna María Luisa fue la situación de necesidad de promoción de sus gentes extremeñas o el talante apostólico bebido en venero del Carisma de Vicenta María, lo cierto es que se sintió urgida para que el “ leer, escribir y cuentas “ objetivo propuesto en el siglo XIX se convirtiera ,un siglo después. en la obtención de un título de Formación Profesional con el que las chicas, la juventud en general, pudieran acceder a un puesto laboral de forma cualificada e incluso acceder al sistema de enseñanza para continuar estudios.
Trabajadora incansable, no tardó en dar forma a su idea. Fue en el año 1965 en Almería donde montó el primer espacio educativo de Formación Profesional , los medios eran completamente precarios, alguna clase se impartió al aire libre… pero el tesón, la ilusión , el currículo, el reconocimiento oficial alcanzaban cotas máximas… Quedaba plantada una semilla que pronto multiplicaría el fruto…
Cuando, andando los años se alzaba alguna voz cuestionando si las Escuelas “ eran propias del Carisma o no “, respondía con la paz de quién sabe que el Proyecto es de Dos : “ lo nuestro es prevenir, orientar, promocionar, y para eso hay que iluminar las mentes no sólo los corazones”…
Tenía una marcada inclinación y preferencia por las personas más necesitadas….aunque su austeridad la llevaba a no excederse en manifestaciones externas, las jóvenes se sentían aceptadas y queridas por ella. Igualmente cuantos trabajamos a su lado sabíamos que la movía la constante búsqueda del bien particular y del bien común….
Al pasar los años, afectada por un declive general mantenía la constancia, la seriedad , la fidelidad a la oración…Tuve el privilegio de atenderla en el último mes de su vida, en las Navillas , jornadas en las que junto a la acción de gracias por su vida llena , acudían a mi mente los versos de Gabriela Mistral. ·
“ El peso de los años, fuerte, no te ha agobiado,.
nuca la dulce carga pensaste sacudir
no ha agitado tu fronda sensible otro cuidado,
que ser ancha y espesa para saber cubrir .
La vida (un viento ) pasa por tu vasto follaje
Como un encantamiento sin violencia, sin voz,
la vida, tumultuosa golpea en tu cordaje
con el sereno ritmo que es el ritmo de Dios.”
Fue una mujer santa, “peregrina incansable, buscadora de la voluntad de Dios en la cotidianidad”, testigo del amor y la entrega , del empeño por lograr que los colegios “hogar y taller para las sirvientas” fundados por Vicenta María en 1876 , cobraran vida y actualidad en las Escuelas de Formación profesional con
un proyecto educativo en el que promoviendo los adquisición de valores y la vivencia de actitudes positivas se cultive el trabajo intelectual y profesional junto a la adquisición de las competencias que acrediten su formación .
Doy gracias a Dios que me dio la posibilidad de vivir con Hna. María Luisa y de conocer y dialogar repetida veces con Don Abundio, cuyo proceso de canonización se clausuró en la fase diocesana, en Madrid el día 10 de Diciembre de 2006.
Hna. Concha Notario. RMI