EL PODER DE LA ORACIÓN…
Al ponerme a escribir sobre nuestra Hermana Ana Mª Herruzo, vienen a mi mente las palabras de Jesús “vosotros sois la sal de la tierra” (Mt. 5,13) porque eso fue su vida, sencilla, escondida en esa comunidad formativa de Sevilla de los años 80 y entre las jóvenes a las que con tanto cariño enseñaba a coser y a ser buenas hijas de Dios con su ejemplo de vida; de ahí surgieron, como homenaje a ella, esas famosas sevillanas que escribió una de las jóvenes y que dicen en el estribillo
“me ha dicho que lleva, una joven en la mirada, una estrella que le guía y una madre que se llama Santa Vicenta María”
Cuando el 24 de abril de 1985, le diagnosticaban un tumor cerebral, todo su ser se conmocionó, tenía 48 años… y fue consciente de la gravedad…siempre había querido hacer la voluntad de Dios, nada que supiera que Dios quería le negaba, pero esto… salimos del médico sin decir una palabra… en la oración de la tarde, según ella misma nos confesó, recordó que en su profesión perpetua había entregado su vida a Dios y que El era su único dueño… se abandonó en sus manos… y una gran paz y dulzura la invadieron los días restantes..
Al entrar al quirófano el día 15 de mayo, me recordó que tenía permiso para donar sus órganos, y se fue… no superó la operación…en el mes de María, su madre a quien tanto quería se fue a gozar de Dios, pero su presencia siempre estuvo presente en aquella comunidad y en aquellas junioras que tanto la quisieron y aprendieron de ella como tenía que ser una mujer consagrada y RMI.
Mª Luisa García rmi