Muy querida Madre Daría y todas las hermanas, nos sentimos profundamente unidas de corazón elevando al Señor nuestra súplica y cuanto sacrificio podemos ofrecer, especialmente por nuestras hermanas enfermas y por las que las cuidan, y por todo el sufrimiento mundial, ciertamente unidas a la Iglesia y a toda la humanidad como una sola voz pedimos cada día que el Señor tenga misericordia de nosotros, mucha fortaleza Madre y hermanas que esto también pasará y vendrán tiempos mejores que nuestra Santísima madre la Virgen María y Vicenta María intercedan junto a tantas hermanas que ya gozan de la dicha eterna. un abrazo fraterno desde Mendoza Argentina (H. Lucia, Arsenia, Elise y Gabi)