Fiesta Sta Vicenta Maria, en Paris

Queridas hermanas,
Queremos compartir con vosotras la experiencia vivida el día de Santa Vicenta María. El regalo más grande ha sido sin duda alguna, la posibilidad de celebrar la Eucaristía en nuestra capilla después de 2 meses y 10 días celebrada nuestro capellán el padre Carlos Tobes, claretiano. Una Eucaristía solemne y entrañable que nos llenó de gozo y gratitud. Nos acompañaron las dos MOLAVIM de la casa: Charo y Elsa.
Fue un momento muy bonito de familia, en nuestra oración tuvimos presentes a todas las jóvenes que estuvieron en nuestra casa este año y toda la gente del centro social, de las clases de francés, los amigos de siempre, las colegialas antiguas que no pudieron participar a causa de la pandemia.
Otro momento muy entrañable ha sido el encuentro de oración online con todas las hermanas de la Provincia, MOLAVIM, algunas jóvenes de nuestras casas que compartimos por la tarde. El tema que elegimos fue “Santa Vicenta María: Fraternidad y Esperanza en tiempo de coronavirus”. Una oración a distancia pero no distante. Nos preguntamos si hay cabida para la esperanza en todo lo que estamos viviendo y si hay signos de fraternidad en medio de esta tempestad. Nos hemos dado cuenta que hay esperanza y que la fraternidad es posible y es tangible. Vicenta María nos ha unido y sus palabras nos han ayudado a reconocer la importancia de la bondad, de la conversión continua, de los gestos concretos y del servicio como pilares para la esperanza y la fraternidad.
Una oración en varias lenguas como estamos acostumbradas en nuestra Provincia Europea. Fue bonito rezar juntos, cantar. El gesto que una de las comunidades nos propuso con los hilos de lana entrelazados nos habló de la importancia de “tejer” las relaciones, donde cada uno pone su “hilo”, acoge “el hilo” del otro y así, aún en medio de las dificultades, la fraternidad se construye y se reconstruye continuamente.
Agradecemos al Señor por todo lo que nos da y por la creatividad que nos ha permitido encontrarnos orando juntos.
Un abrazo para todas y seguimos unidas en la oración.
Comunidad de Paris