Día de Buen Pastor:
¡Quién nos iba a decir, M. Daría, que tu segundo sexenio pastoreando esta pequeña grey, en un recodo del camino, el terreno se te volvería tan desértico y pedregoso!¡Quien nos iba a decir que circunstancias tan ajenas a tu voluntad nos iba a mantener reunidas en un redil con peligro de equivocar las vias de evacuación y acceso!
El Señor, que es la Puerta, vuelve a decirte y a decirnos hoy: «Quien entre por mi se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrar pastos»; esa puerta es el acceso a la fe, para pasar luego de la fe a la visión, de la credulidad a la contemplación y encontrar fértiles pastos en la visión del rostro de Dios.
El paisaje que se abre hoy ante nuestros ojos podría empañar nuestra visión y ofuscar nuestros sentidos, haciéndonos vagar perdidas en el desierto del temor y el desaliento, pero no queremos detener nuestros pasos porque sabemos bien Quién es y hacia dónde quiere conducirnos por tu mediación el Buen Pastor.
Por eso queremos, parafraseando a San Gregorio Magno levantar nuestros ánimos, enfervorizar de nuevo nuestra fe, y hacer arder nuestros anhelos por las cosas del cielo, sabiendo que amar de esta forma ya es ponerse en camino.
Contigo queremos sentir que ninguna adversidad puede alejarnos del júbilo de la solemnidad interior, puesto que, cuando alguien desea de verdad ir a un lugar, las asperezas del camino, cualesquiera que sean, no pueden impedírselo.
Contigo queremos vivir la certeza de que tampoco ninguna prosperidad, por sugestiva que sea, nos seduzca, pues no deja de ser estúpido el caminante que, ante el espectáculo de una campiña atractiva en medio de su viaje, se olvida de la meta a la que se dirigía.
H Ma Digna Díaz
Roma, 3 de mayo de 2020
Fiesta de El Buen Pastor