Las hermanas capitulares llegaron la noche del 10 de diciembre al corazón de la Espiritualidad Ignaciana, Loyola, lugar muy significativas para nosotras las Religiosas de María Inmaculada.
El día 11 a las 8.30 de la mañana en la Capilla de la Conversión, daba comienzo el Capítulo con la Eucaristía del Espíritu Santo, presidida por le P. Juan José Etxeberria SJ, asesor del capítulo, el cual invitó a vivir este tiempo en tres claves: Escucha atenta, como la de los discípulos aquel día que reunidos en oración, recibieron el Espíritu Santo. Apertura a la novedad, el Señor no solo los transforma en aquel Pentecostés, los descoloca, los impulsa, sorprende y desafía. Envío en la misión, estaban encerrados por miedo y les dice, la paz a vosotros y los envía, no de cualquier forma sino con la paz, Jesús transforma los miedos en confianza y no los envía solos, sino con el Espíritu Santo, gran compañero en este momento.
El día continuó de retiro, en silencio, dirigido por el P. Juan José SJ., que introdujo en el discernimiento desde lo que los jesuitas llaman las Deliberaciones de 1539, cuando San Ignacio y sus compañeros decidían que pasos dar para responder a la llamada recibida: mucha oración, contacto con la realidad y mucho compartir. Nos proponía 4 actitudes necesarias para una persona de discernimiento: Agradecida por la vida, Reconciliada con su historia, Compasiva y Esperanzada y en un segundo momento, habló de la conversación espiritual, como una cuestión de fondo, donde el Espíritu se hace presente en medio de nuestras comunicaciones, donde la conversación no solo es un intercambio de expresiones o pareceres sino donde Alguien se encarna en ella y se hace presente.
El día 12, con las Palabras de Bienvenida de la Superiora Provincial Marta Menéndez, a toda las hermanas que componen esta nueva provincia, constituida hace a penas dos años, se daba comienzo al XVI Capítulo Provincial y con ellos a los trabajos realizados por las comunidades.
Rezamos por los días que estarán reunidas, en oración, conversación espiritual y trabajo intenso, para que el Espíritu ilumine a este grupo tan numeroso de 66 hermanas, que la Virgen y Santa Vicenta María quienes presiden la sala junto a la Palabra y la luz, las acompañen para en todo hallar la mayor Gloria de Dios.









